martes, 6 de abril de 2010

La importancia del salitre en chile

En Chile, el salitre fue de una gran importancia,
así como
una enorme fuente laboral para los chilenos e incluso extranjeros, pero finalmente durante la Primera Guerra Mundial, Alemania logró producir salitre sintético, lo que les fue muy útil para poder proseguir la guerra, lamentablemente esto causó la decadencia del salitre natural. Chile, un país que era u gran exportador de este producto, se vio obligado a disminuir su producción y en pocos años a cerrar las oficinas salitreras.

El cierre de las salitreras causó una enorme cesantía, y por lo tanto una gran baja en los recursos económicos del país, ya que el Estado debió sobreponerse a la ayuda alimenticia y habitacional que tuvo que proveerle a muchos mineros cesantes que retornaron al centro del país en busca de oportunidades para un mejor vivir.


Humberstone:


Esta oficina salitrera fue una de las más importantes en Chile, al principio fue conocida como La Palma ya que se había dado una batalla en esa misma localidad. Esta salitrera fue establecida el año 1872. En 1926 al cambiar de dueños, la oficina fue conectada al ferrocarril lo que facilitó el transporte tanto para las personas como para el salitre, la población en ese tiempo era de 1.300 personas aproximadamente, correspondiendo 720 trabajadores ocupados en las distintas faenas del lugar. Posteriormente, La Palma fue adquirida por otra compañía y tuvo su primer paro en 1932 y finalmente e 1934 la salitrera fue comprada por otra compañía la cual le hizo una reestructuración total el lugar y le agregó piscina, iglesia, teatro, escuelas, pulperías, etcétera, tras este acontecimiento la salitrera fue rebautizada con el nombre que todos conocemos “Oficina Salitrera Santiago Humberstone”.

Actualmente, de este lugar solo quedan unas pocas ruinas materiales de la construcción y una gran historia del pasado.


OFICINA SALITRERA: Nombre que reciben los diferentes centros de explotación del salitre ubicados en las actuales regiones chilenas de Tarapacá y Antofagasta, que proliferaron desde 1842 con el descubrimiento de la utilidad del salitre, y los años 1930, luego de inventarse el salitre sintético.

Dado lo aislado y árido de la zona de explotación minera, en pleno desierto de Atacama, se crearon como el entorno de las instalaciones industriales para la extracción y procesamiento del salitre, enclaves casi autosuficientes en los que se reunía la administración del centro minero, viviendas de los trabajadores, centros de venta (conocidos como pulperías), iglesias, escuelas, centros de esparcimiento y entretención. Las oficinas salitreras fueron hogar de miles de trabajadores provenientes de Chile, Bolivia, Perú y Argentina.


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